18/4/09

15/4/09

nobody, my dear voice·

I used to sleep with two pillows, and a little light on.

And I used to hit the radio when it didn’t work

I had rain- boots, and a rain coat too

That I wore two times in my life

when my mother wanted to take me pictures outside.

And I used to have a good friend,

that talked to me every night

I also had a small bathroom

And a mirror with broken sides.

You know, I Know

If I ever tried to get back

And write some letters,

Or buy the newspaper,

There’d be nobody,

Recognizing my voice.

But I never got blue

I could enjoy small pleasures,

Sometimes I even had money for coffee.

And I remember an old, red scarf

That once I put on my cat,

He jumped and got hanged

I buried him on my backyard.

It was hard, but I could move on

I can see the scarf in my closet from here

Oh, my poor cat,

Rest in peace now that you can.

I have some magazines on the floor

Sometimes I like to see the pictures

Though they are dusty, they remind me

Of that miserable part of my childhood,

When I lived in a big house with my dad.

It reminds me of how lucky Im now,

That I have a thread of water

In a hole in the roof

And even some rats

drop around to see how Im doing.

I count with a strong power to read

People’s mind

And I can frequently

put my feet off the ground

I got a strong tendence

To talk to the sky

Because you know, I know

That maybe somebody

Might be listening if I sing

Or if I weep,

Because If I ever tried to get back,

I know you know,

Nobody would recognize my voice

But I don’t mind;

Over all,

I got a piece

of my own ground

To sit on

whenever I want



(Alone)


Holden

·

12/4/09

nobody home

I've got a little black book with my poems in
I've got a bag with a toothbrush and a comb in
When I'm a good dog they sometimes throw me a bone in
I got elastic bands keeping my shoes on
Got those swollen hand blues.
Got thirteen channels of shit on the T.V. to choose from
I've got electric light
And I've got second sight
I've got amazing powers of observation
And that is how I know
When I try to get through
On the telephone to you
There'll be nobody home
I've got the obligatory Hendrix perm
And I've got the inevitable pinhole burns
All down the front of my favourite satin shirt
I've got nicotine stains on my fingers
I've got a silver spoon on a chain
I've got a grand piano to prop up my mortal remains
I've got wild staring eyes
I've got a strong urge to fly
But I've got nowhere to fly to
Ooooh Babe when I pick up the phone
There's still nobody home
I've got a pair of Gohills boots
And I've got fading roots.




-fromTheWall

·





11/4/09

Y si hubo alguna melodía permanente

Algún reflejo de luna en el pecho

Si fueron dulces los abrigos

Y eternas las manos

Si transitamos alguna vez

Ese puente a las puertas del sol

Si se ablandaron las sienes

A la voz del mañana

Y nos transformamos en Tierra;

Fuimos minúsculos pedazos de ser

Ante un cielo tan profundo

Cuando la sabiduría dormía

Sobre melodías permanentes

Y reflejos de luna ambulantes

Justo bajo mis pies.

Habremos caído en la noción del piso

Se habrán desvanecido los hilos de sol

Penetrando la piel.

Y tal vez ya no exista

Un tiempo sin bordes

Ni ese Dios del que fuimos parte.

Si en algún momento

Fue notable la ausencia

De piezas menos, o piezas demás;

Hoy resurgimos

Estando, Quizás

Agotados de morir.

Si conserva el abrigo

Algún sinfín de películas

Antes de dormir,

Son ahora no más que viento,

Deslizándose ante mis ojos

Por estas calles ambiguas,

Que en mi insomnio

Levemente, desvelo.


Holden

5/4/09

4/4/09


del 9·

Ah;
si habré abandonado esa tarde todo el peso en el colchón de mi memoria perpleja de tantas imagenes y sonidos arrodillandose cautelosamente a ese indescriptible vacío tanto interno como externo, esa sensación de haberse dejado el ser dormido en algún rincón oscuro ínfimamente lejos de mi cuerpo, que en ese momento era incapaz de sentir señal alguna de la existencia de las cosas. Siendo cada pensamiento vagas cortinas deslizandose lentamente por mi sien, entumecida en un sector apartado de la habitación, no sabía con seguridad si aún podía respirar. No sabía si arriba del techo había cielo, si sobre el cielo había vida, ni me importaba; Es esa sensación de inexistencia casi absoluta, exepto por las vibraciones de un eco en los tímpanos ahogados en el silencio de ciertos gritos desesperados a flor de piel, de esos que cortan fríamente las extremidades bien adentro, y la carne arde cada vez más. De pronto uno se encuentra envuelto en llamas, visibles solo para el dueño de esos pies que se dejarían quebrar los tobillos de debilidad; uno se encuentra en llamas, y aunque lo desee, no termina de quemarse jamás. Desvistiendo a mordiscones mis manos y rajando mi ropa, me miraba al espejo con tanto odio y desesperacion alternando sonidos variados, despedazandome de bronca en llanto y bocanadas de aire que forzaba a pasar por mi garganta tiesa; Un segundo y mi cordura rodó ante mis ojos, aunque mi cuerpo parecía solo otra de las sombras calmas tendida en la madera, el repudio hacia mi persona y las ganas de vomitar no cesaron en lo mínimo, jamás. Nada significaba nada, nada tenía nombre; Son esos momentos en los que si existe un tiempo, se detiene por completo, en cada poro y cada entraña, en los dedos y las puertas, en las esquinas de las alfombras, donde las dimensiones y el espacio han perdido su sentido ; Y si existe un verdadero concepto de 'vida', acaba desvaneciendose justo en las pupilas, y en ese punto blanco, justo justo,
detras de la mente humana.
Contenida en una bronca extrema hacia la muerte mísma, de a poco me fuí desarmando de dolor y dejando mi cuerpo tenso derretirse en la alfombra. La resignación daba vueltas constantemente, íba y venía, y conforme el dolor, y por lo tanto la agonía crecían, más me derretía, y menos me importaba cuánto más se adentraran los ojos del silencio en cada parte de mí, torturandome con más imágenes de momentos felices, hoy tan notablemente angustiantes proyectandose en mi cabeza. Finalmente tuve que admitir todo lo perdido, el amor desperdiciado y que ya no habría bicicletas en el patio ni abrazos en la puerta ni almohadas a la mañana ni meriendas por las tardes.Cuando uno es conciente de admitir algo asi, dejenme decirles, señores, es cuando realmente acaba de despedir ,
la esencia de su ser.

No hay día, ni un solo día, que no pueda recordar.
He perdido un pedazo de alma;

Tal vez, uno demasiado grande.



H
olden