22/6/10






(Nos detenemos a pensarnos como si realmente nos amaramos)

Y nos vamos a dormir.










El mundo fisíco todavía está allí. Es el parapeto del yo el que mira y sobre el cual ha quedado un pez color ocre rojizo, un pez hecho de aire seco, de una coagulación de agua que refluye.
Pero algo sucedió de golpe.
Nació una arborescencia quebradiza, con reflejos de frentes, gastados, y algo como un ombligo perfecto, pero vago y que tenía color de sangre aguada y por delante era una granada que derramaba también sangre mezclada con agua, que derramaba sangre cuyas líneas colgaban; y en esas líneas, círculos de senos trazados en la sangre del cerebro.
Pero el aire era como un vacío aspirante en el cual ese busto de mujer venía en el temblor general, en las sacudidas de ese mundo vítreo, que giraba en añicos de frentes, y sacudía su vegetación de columnas, sus nidadas de huevos, sus nudos en espiras, sus montañas mentales, sus frontones estupefactos. Y, en los frontones de las columnas, soles habían quedado aprisionados al azar, soles sostenidos por chorros de aire como si fueran huevos, y mi frente separaba esas columnas, y el aire en copos y los espejos de soles y las espiras nacientes, hacia la línea preciosa de los seno, y el hueco del ombligo, y el vientre que faltaba.
Pero todas las columnas pierden sus huevos, y en la ruptura de la línea de las columnas nacen huevos en ovarios, huevos en sexos invertidos.
La montaña está muerta, el aire esta eternamente muerto. En esta ruptura decisiva de un mundo, todos los ruidos están aprisionados en el hielo; y el esfuerzo de mi frente se ha congelado.
Pero bajo el hielo un ruido espantoso atravesado por capullos de fuego rodea el silencio del vientre desnudo y privado de hielo, y ascienden soles dados vuelta y que se miran, lunas negras, fuegos terrestres, trombas de leche.
La fría agitación de las columnas divide en dos mi espíritu, y yo toco el sexo mío, el sexo de lo bajo de mi alma, que surge como un triángulo en llamas.



Artaud.


The meadowlark and the chim-choo-ree and the sparrow
Set to the sky in a flying spree, for the sport over the pharaoh
A little while later the Pharisees dragged comb through the meadow
Do you remember what they called up to you and me, in our window?

There is a rusty light on the pines tonight
Sun pouring wine, lord, or marrow
Down into the bones of the birches
And the spires of the churches
Jutting out from the shadows
The yoke, and the axe, and the old smokestacks and the bale and the barrow
And everything sloped like it was dragged from a rope
In the mouth of the south below

We've seen those mountains kneeling, felten and grey
We thought our very hearts would up and melt away
From that snow in the nighttime
Just going
And going
And the stirring of wind chimes
In the morning
In the morning
Helps me find my way back in
From the place where I have been

And, Emily - I saw you last night by the river
I dreamed you were skipping little stones across the surface of the water
Frowning at the angle where they were lost, and slipped under forever
In a mud-cloud, mica-spangled, like the sky'd been breathing on a mirror

Anyhow - I sat by your side, by the water
You taught me the names of the stars overhead that I wrote down in my ledger
Thoough all I knew of the rote universe were those Pleiades loosed in December
I promised you I'd set them to verse so I'd always remember

That the meteorite is a source of the light
And the meteor's just what we see
And the meteoroid is a stone that's devoid of the fire that propelled it to thee

And the meteorite's just what causes the light
And the meteor's how it's perceived
And the meteoroid's a bone thrown from the void that lies quiet in offering to thee

You came and lay a cold compress upon the mess I'm in
Threw the window wide and cried, "Amen! Amen! Amen!"
The whole world stopped to hear you hollering
You looked down and saw now what was happening

The lines are fading in my kingdom
(Though I have never known the way to border them in)
So the muddy mouths of baboons and sows and the grouse and the horse and the hen
Grope at the gate of the looming lake that was once a tidy pen
And the mail is late and the great estates are not lit from within
The talk in town's becoming downright sickening

In due time we will see the far butte lit by a flare
I've seen your bravery, and I will follow you there
And row through the nighttime
Gone healthy
Gone healthy all of a sudden
In search of the midwife
Who could help me
Who could help me
Help me find my way back in
There are worries where I've been

Say, say, say in the lee of the bay; don't be bothered
Leave your troubles here where the tugboats shear the water from the water
(Flanked by furrows, curling back, like a match held up to a newspaper)
Emily, they'll follow your lead by the letter
And I make this claim, and I'm not ashamed to say I know you better
What they've seen is just a beam of your sun that banishes winter

Let us go! Though we know it's a hopeless endeavor
The ties that bind, they are barbed and spined and hold us close forever
Though there is nothing would help me come to grips with a sky that is gaping and yawning
There is a song I woke with on my lips as you sailed your great ship towards the morning

Come on home, the poppies are all grown knee-deep by now
Blossoms all have fallen, and the pollen ruins the plow
Peonies nod in the breeze and while they wetly bow
With hydrocephalitic listlessness ants mop up-a their brow

And everything with wings is restless, aimless, drunk and dour
The butterflies and birds collide at hot, ungodly hours
And my clay-colored motherlessness rangily reclines
Come on home, now! All my bones are dolorous with vines

Pa pointed out to me, for the hundredth time tonight
The way the ladle leads to a dirt-red bullet of light
Squint skyward and listen
Loving him, we move within his borders
Just asterisms in the stars' set order

We could stand for a century
Staring
With our heads cocked
In the broad daylight at this thing
Joy
Landlocked
In bodies that don't keep
Dumbstruck with the sweetness of being
Until we don't be told
Take this
Eat this

Told
The meteorite is the source of the light
And the meteor's just what we see
And the meteoroid is a stone that's devoid of the fire that propelled it to thee

And the meteorite's just what causes the light
And the meteor's how it's perceived
And the meteoroid's a bone thrown from the void that lies quiet in offering to thee

http:// Emily part 1
http:// Emily part 2


Joanna Newsom


Carlitos místico

El ascensor descendía siempre hasta perder aliento
y la escalera subía siempre
Esta dama no entiende lo que se habla
es postiza
Yo que ya soñaba con hablarle de amor
Oh el dependiente
tan cómico con su bigote y sus cejas
artificiales
Dio un grito cuando yo tiré de ellos
Qué raro
Qué veo Esa noble extranjera
Señor yo no soy una mujer liviana
Uh la fea
Por suerte nosotros
tenemos valijas de piel de cerdo
a toda prueba
Ésta
Veinte dólares
Y contiene mil
Siempre el mismo sistema
Ni medida
ni lógica
mal tema

L,A

Necesitamos dormir.


Abramos esto que llamamos tierra en el mes de Septiembre. Tengo miedo de que mi garganta me deje sola. Que las palabras se vuelen como un viento que se ha llevado el canto para que nadie lo toque. Tengo miedo de que mi cuerpo no pueda llorar si lo gozan de espinas hamacándose en la memoria. Como de risas que se han ido, resuenan, como un fantasma de alientos en medio de una noche acostada a la nada. Una mano cualquiera palpando la piel blanca y la abrazo porque tengo miedo de que la tierra se coma mi boca labio a labio. La soledad no es más que el perderse a sí mismo en mis brazos abiertos al abismo me llamo, y déjate caer ahora ya sin excusas, ahora como si la caída fuera un desalme un suspiro un palpito, Pero tengo miedo. Mañana será una espiral de incógnitas circundando la línea del horizonte entrando por la nariz, y oleremos tanto y todos a tenue luz de un túnel de agua; A vestigio oceánico. Habremos roto el aire con una uña y el viento vendrá a recordarnos que el canto yace en el silencio. Del corazón al que nadie se posa. A escuchar como calla el murmullo nocturno. Que nadie mira la suavidad del fuego el aleteo del pez, el habla de lo no sabido y acordamos ésta que acabo y ésta que comienzo y labro la llegada de una plaga del anterior horizonte emergiendo desde el fondo del borde de este u otro planeta cualquiera sea que acabará vendándome los párpados para encontrarme en medio de un silencio violento, para tocarme con los ojos abiertos que pese a cualquier ritmo de reflejo leído en el cielo o infierno rodado a las neuronas por las que transito enfermamente ya no hay eco ni distante no hay nada estoy sola Sola; GRITO, So La. (Creo verme); Si se me va todo lo eterno ahora que puedo aún hablar de muerte como de la mano al día, qué vendrá a serme desde otro centro paralelo, qué bestia consumirá de mí dormida lo que dejaré de ser entonces cuando este cuerpo mire consigo toda esta sombra , que se mire así. Tan perpleja, tan nada tan mísmo; y sea un vestigio de luz asomando por un dedo una única palabra. Dónde quedo ahora que reflejo en el cielo el paso continuo del marcharse a mordiscones, de tironearse así de a poco. Dónde quedo ¿Dónde? (tengo miedo); tengo miedo. Tiemblo.






L. S

9/6/10

6/6/10

En medio de un silencio desierto como la calle antes del crimen
sin respirar siquiera para que nada turbe mi muerte
en esta soledad sin paredes
al tiempo que huyeron los ángulos
en la tumba del lecho dejo mi estatua sin sangre
para salir en un momento tan lento
en un interminable descenso
sin brazos que tender
sin dedos para alcanzar la escala que cae de un piano invisible
sin más que una mirada y una voz
que no recuerdan haber salido de ojos y labios
¿qué son labios? ¿qué son miradas que son labios?
Y mi voz ya no es mía
dentro del agua que no moja
dentro del aire de vidrio
dentro del fuego lívido que corta como el grito
Y en el juego angustioso de un espejo frente a otro
cae mi voz
y mi voz que madura
y mi voz quemadura
y mi bosque madura
y mi voz quema dura
como el hielo de vidrio
como el grito de hielo
aquí en el caracol de la oreja
el latido de un mar en el que no sé nada
en el que no se nada
porque he dejado pies y brazos en la orilla
siento caer fuera de mí la red de mis nervios
mas huye todo como el pez que se da cuenta
hasta ciento en el pulso de mis sienes
muda telegrafía a la que nadie responde
porque el sueño y la muerte nada tienen ya que decirse.




X, Villaurrutia.

3/6/10



(el sueño de un sol y de un mar)












L.C

1/6/10

(s): reflexión a un no-espejo

Era entonces que una pluma desprendiéndose tenues luces del vestigio. De una voz. De alguien. Que duerme. Más si esta niebla azulara en respiro completo diciendo desde la punta de una lata el resplandor de sus zapatos. Un agujero como escondido en el pequeñísimo invierno sobre la suela. Cómase con la garganta directamente que imposible el pasar ni por el borde del diente tal cosquilleo de pelitos blancos asomando con ojos de miedo por si alguien gritara que por allá arriba pasa el pájaro como una linterna. A que busca por seguro un agujero negro en el que desaparecen las cosas, hasta aquellas más mínimas, las procesa en melodías para acunar cualquier capullo que pudiera estar existiendo en este preciso momento. Cierre un ratito el mundo y escuche. Pero escuche bien. El borde de un alita rompiendo la seda de manera tan frágil, tan mañana anaranjada; Y ahora la patita posada lentamente al rayo verde que siente que lo tocan. (Escuchá como siente que lo tocan). Y ahora como pluma desprendiéndose tenues luces de un vestigio, se esfumó. Listo. Ya se fue. Nada peor que el individualismo o la urbanidad de la vigilia, siquiera la orugalidad de la verdadera oruga muerde tan así los pobres ojos que edifican a bosquejo eterno cada huella de sombra cabizbaja. Que el globo térmico nos envuelva a pensar que nos formamos completamente de hilos y nos enredamos constantemente cuando en realidad. No. No nos enredamos nunca. ¿Y vos usted quién, si no más que yo dando vueltas por estas paredes quietas? Ni por eco prematuro alivianaría el decirme que vos usted puede que sea de esta misma consistencia, de mi misma sustancia que sea parido por el mismo grito y que por misma química perdure, pero a sí mismo vos usted; En cambio a mí que me estremezco por vaya a saber si de replica hablando, con exactitud de aromas entrando por la pupila o vaya-a-saber-qué otro puente a las voces dormidas, esas que susurran una perla a cada mano, un latido por la boca, una coincidencia psíquica para que ames. Que ames esto todo .Y que a mí solo sea por ajeno natural del mundo; Una quinta pared. Qué extraño como le brota a uno que las raíces se vistan todas de la misma nube y ni una sea otra ni otra media o toda oruga. Que el globo asimile al capullo, pero que uno huela a tierra y el otro a vestigio apagado, o las pocas luces en la nariz catastróficamente paralelas al rayo verde bajo la patita; la niebla azul; El humo al abismo del día a día. Y al final de éste se cierra un paragua (millones), y somos todos (no) repentinamente el mismo mármol tomando un café. Naturaleza del mundo que nadie ha notado por tema ajeno que hasta su propio cuero cabelludo está en este momento absorbiendo la gota de la nube misma que ahoga su vereda su pasto la cabeza de su vecino y de su perro en el patio, mientras en algún lado de (quizás) Japón se está rompiendo frágilmente otra seda, mientras una mano se enamora, su prima tiene un hijo, un comerciante es asaltado, alguien tiene hambre frío carece de paragua y grita grita con ganas a esa mismísima nube postrada al altar tan maldita a su memoria, que. B a s t a.
Procedemos a agarrar la taza preferentemente por su manija, y dar un último sorbo como quien tampoco lee un diario a menudo. Mañana será miércoles.
Se aproximan fuertes precipitaciones.