2/8/09

El insomnio es una de las enfermedades del sueño más comunes.

Aunque generalmente se concibe el insomnio únicamente como la dificultad para iniciar el sueño, lo cierto es que la dificultad para dormir puede tomar varias formas:

  • Dificultad para conciliar el sueño al acostarse (insomnio inicial, el más común de los tres).
  • Despertarse frecuentemente durante la noche (insomnio intermedio).
  • Despertarse muy temprano por la mañana, antes de lo planeado (insomnio terminal).

Esto impide la recuperación que el cuerpo necesita durante el descanso nocturno, pudiendo ocasionar somnolencia diurna, baja concentración e incapacidad para sentirse activo durante el día.

Varios son los determinantes de este trastorno de sueño. Factores como el estrés, la elevada activación del organismo o la depresión son relevantes. En la actualidad, es frecuente la prescripción de fármacos para el tratamiento a corto plazo del insomnio. Sin embargo, no constituye una solución adecuada a mediano y largo plazo, prefiriéndose evaluar en estos casos otras técnicas, como la terapia conductual o cognitiva. Un asunto de primer orden en el abordaje de este trastorno (el insomnio es en realidad un síntoma, y no una enfermedad) consiste en instruir al paciente acerca de los principios de la llamada profilaxis o higiene del sueño.

Por duración se puede distinguir entre el insomnio transitorio o agudo (dura menos de 4 semanas), el insomnio a corto plazo o subagudo (más de 4 semanas, pero menos de 3-6 meses)y el insomnio a largo plazo o crónico (más de 3-6 meses)

Por su severidad se distingue entre el insomnio leve o ligero, con el que existe un mínimo deterioro de la calidad de vida, el moderado, que se da cada noche y en el que empiezan a surgir ciertos signos del deterioro de la calidad de vida con síntomas como irritabilidad, ansiedad, fatiga…, y el severo, en el que los síntomas se sufren con mayor intensidad y por tanto la calidad de vida se ve algo más afectada.

Por su forma de presentarse diferenciamos entre el insomnio inicial o de conciliación (al conciliar el sueño), el medio o de mantenimiento del sueño (cuando no se puede dormir toda la noche seguida) y el terminal o de final de sueño o de despertar precoz, conocido por los expertos como insomnio matinal(despertar antes de que acabe la noche).

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