1/5/10

Simbiosis

La ventanilla del Opel '68 solo se baja cuatro centímetros;

dos papelitos fugaces saltan como caballos

y un puñado de próceres mugrientos se meten a los empujones,

quizás seducidos por el aire espeso

o por la música de James Brown.

Como leyendo relieves con la yema de los dedos

adivino el brillo de los lentes espejados

y el diente enfundado en plata;

imagino dos dedos humedecidos por la lengua

y el chasquido de los billetes

que se frotan y se contagian;

y no se me escapa esa sonrisa que me dice:

Cada vez me vas a llamar más seguido

hasta que un día revientes

como un embutido después de tres horas en el microondas

y yo sé que vos sabés que yo sé que no somos amigos

y también sé - o supongo - que no hace falta que te lo diga:

Nunca se jode con quien te come los piojos







Requin

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