11/4/09

Y si hubo alguna melodía permanente

Algún reflejo de luna en el pecho

Si fueron dulces los abrigos

Y eternas las manos

Si transitamos alguna vez

Ese puente a las puertas del sol

Si se ablandaron las sienes

A la voz del mañana

Y nos transformamos en Tierra;

Fuimos minúsculos pedazos de ser

Ante un cielo tan profundo

Cuando la sabiduría dormía

Sobre melodías permanentes

Y reflejos de luna ambulantes

Justo bajo mis pies.

Habremos caído en la noción del piso

Se habrán desvanecido los hilos de sol

Penetrando la piel.

Y tal vez ya no exista

Un tiempo sin bordes

Ni ese Dios del que fuimos parte.

Si en algún momento

Fue notable la ausencia

De piezas menos, o piezas demás;

Hoy resurgimos

Estando, Quizás

Agotados de morir.

Si conserva el abrigo

Algún sinfín de películas

Antes de dormir,

Son ahora no más que viento,

Deslizándose ante mis ojos

Por estas calles ambiguas,

Que en mi insomnio

Levemente, desvelo.


Holden

2 comentarios:

  1. Me encantó este texto!
    Esos adjetivos que usas, hacen muy llevadera la lectura.
    Y me flechó la frase "Agotados de morir".
    ¡Por dios!
    ¡Cuánto alma!, ¡cuánta luz!.

    Que sigas bien che, me encantaron tus palabras de hoy ^.^

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  2. fahh! es verdad, ¡cuanta alma!, ¡cuanta luz!. Me dijiste que no hiba poder creer dónde habías caminado y abierto impresionante paisaje. Bueno, supongo que te creí tanto como vos lo harías. Tu relato me llenó de imagenes fasinantes con lo poco que me habías contado, ahora terminé de ver todo el magnífico cuadro en tu poema. Acabo de leerlo, y antes de hacerlo, estaba en una sesión con mi musa, hablamos sobre tu paisaje revelado, que al parecer también se nos reveló, y salió algo, ``tan real que parece fingido´´. En fin, las musas se entienden. Sos una genia.

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