11/1/09

a little tale·

Los colores fluian en su pecho y se transformaban en cenizas al llegar al borde de la ventana. De repente, todo el amor escondido entre sus sabanas se volvió invisible para cualquier cuerpo humano. Sus ojos no encontraban lugar en la habitación, pero menos en el sueño. Y ahora los cielos daban vueltas sobre las paredes.La pobre muchacha se derritió sobre la alfombra, su sangre hervía, los latidos de su corazón sacudían el piso, sus ojos se pusieron en blanco y encontró un lugar vacío.
Siguió un caminito de algodón, y se sacó los zapatos para sentirse mejor. Caminó y caminó, hasta adentrarse en un bosque de árboles gigantes, cuyos troncos ocuparian una cuadra y con su altura parecían llegar al sol. Entonces, algo brilló entre las ramas de uno de los árboles cuando un rayo de luz pegó en ellas. La muchacha muy curiosa se salió del caminito para ver qué era,pero estaba demasiado alto como para poder visualizarlo. Apoyo sus zapatos en el piso y empezó a escalar el árbol sin ninguna dificultad, ya que se servía de sus numerosas ramas como escalones, hasta llegar al objeto. Estaba a punto de agarrar La Cosa brillante, todavía sin poder distinguir qué era, cuando la rama en la que yacía se movió.
-¿Qué crees que haces?
pronunció una voz grave y avejentada. Pero ¿quién sería?.
-Lo árboles no hablan
ella respondió, un tanto confundida, al tiempo que fruncía el seño.
-Claro que sí, sino quien crees que te está hablando ahora, ¿ves a alguien más cerca?
Un ojo más grande que su cuerpo se abrió a poco centimetros de su rostro.
-¡Oh! Disculpe, señor árbol, sólo quería tomar el objeto que brilla sobre su rama cada vez que le da el sol.
-No. El objeto es mío, me pertenece.
Gruñó el árbol
-Dale el obejto, ya estás muy viejo, te vas a morir pronto, deja que la niña se lo lleve. -Habló una voz de mujer- Niña, disculpalo. Es que ya está demasiado viejo y le pesan las ramas.
-A mi no me pesa nada. ¡Y no estoy viejo!
chilló el árbol
-Con todo respeto, em, señora árbol, no creo que este árbol muera pronto, se lo ve muy fuerte.
- Claro que no, mira sus raíces, sobresalen de la tierra, en cualquier momento se transformará en paloma y saldrá volando.
La niña no tenía idea del significado de las palabras de la mujer árbol.
-Por favor, ¿podría explicarme cómo muere un árbol?-
-Te contaré, pequeña. El árbol se da cuenta de que está muriendo, al ver sus raíces. ¿Ves las mías?
-No
-No las ves porque están bien debajo de la tierra. Ahora fíjate en las raíces de ese viejo árbol en el que estás
-¡Qué no estoy viejo!- interrumpió el árbol
-Ay, ya callate de una vez. Te decía, niña. Sus raíces estan por afuera. Cuando se encuentran en ese estado, quiere decir que el árbol tiene poco tiempo de vida. Muere definitivamente cuando cae la última hoja, eso quiere decir que ya no corre nada por el interior de su tronco. Es entonces cuando las ramas se unen en dos mitades a los costados del tronco, para transformarse en alas. La corteza cae dejando al descubierno un suave plumaje, y el árbol vuela.-
Ahora la muchacha tenía los ojos aún más abiertos y deseosos de poder presenciar algo tan increíble como eso.
-Escucha, niña. Te daré el objeto, pero con una condición.

1 comentario:

  1. mira ojos lindos....
    yo no hago cosas q no debo... :P
    espero q sigas bn...
    nos vemos...
    cuidate...
    besos...
    /Fbriiii...

    ResponderEliminar